sábado, 3 de octubre de 2009

¿Y tú creías que sólo Kanye West interrumpe cosas importantes? Mírate y reflexiona...


¿Cómo funciona Mateo 7:7-11 "Pedid y se os dará"? Este versículo ha servido de conflicto para mucha gente, ya que la queja de no recibir es más constante que la declaración del testimonio de recibir. Ciertamente hemos sido injustos con Dios al decir de forma indirecta que Él no cumple Su palabra en nosotros, pero la realidad es que este versículo revela la ley para que Dios se haga más evidente en nuestras vidas.

Como tú y yo sabemos, "Dios no es hombre para que mienta", por lo tanto es obligación nuestra entender que Mateo 7:7 es verídico. Pero entonces, ¿por qué la queja de que no hemos recibido lo que a Dios pedimos? Bueno, la verdad, el problema radica en nosotros y en nuestra relación y percepción de Dios en nuestras vidas. Si tan sólo nos diéramos la oportunidad de entender que todos absolutamente salimos de Él y que nosotros somos la extensión de Dios en la Tierra, la visión de obtener lo que deseamos sería más fácil.

Te estarás preguntando: ¿Cómo que nosotros salimos de Dios? Pues la verdad, sí. Todos existíamos antes de la creación de este mundo porque estábamos en el pensamiento de Dios. Cuando Él pronunció las palabras de creación en Génesis, sólo eso fue suficiente para que Él obtuviese lo que deseaba crear. Como es de conocimiento general, fuimos hechos a Su semejanza, por lo tanto también tenemos el mismo potencial de pronunciar y crear. Somos creadores. ¿Recuerdas que en la Biblia dice “Somos coherederos con Cristo”? La herencia es ésa, la búsqueda y las promesas de Dios para todos.

El otro elemento a mencionar, obviamente, es la fe. Muchos dicen que la tienen y que por eso van a la iglesia y hacen lo que hacen, pero la fe no se puede medir por esos estándares. Yo quiero un Dodge Caliber azul oscuro, voy en oración y me conecto con Dios pidiéndole el carro que acabo de describir. Salgo de mi oración, pero mi fe se quedó en el deseo de recibir el carro porque tan pronto salgo de la oración comienzo a hacerme cuestionamientos acerca de cómo lo recibiré. “Uy, esos carros son caros, y yo tengo que pagar renta cada mes, no cobro lo suficiente para tenerlo, ni pensar en el seguro que le tengo que poner si lo obtengo, además la gasolina sube y sube cada día, cuando se ponga frio tengo que sacarle la nieve, etc.”. Con estas actitudes sólo le estoy acordando a Dios cuán difícil será que Él pueda darme lo que le pedí. Le estoy diciendo “yo quiero el caliber pero tú eres Dios y sabes al igual que yo lo difícil que es conseguírmelo, así que sólo se quedará en deseos y de ahí no pasará porque yo creo que es difícil, no importando lo que tú, Dios, crees”. Uff, ¿que fuerte verdad? Cuando salimos de oración, debemos salir con la certeza de que lo hemos recibido, porque los que seguimos a Dios no pedimos nada malo, y por eso mismo sabemos que Él nos lo concederá.

La otra cara de la moneda es esta: quiero el caliber, así que me voy de boca, pido un préstamo, voy a un concesionario, me llevo el primero que veo y ya lo tengo, ¡wooooohooooo! Em, la verdad que ahí acabamos de entorpecer la obra de Dios. El hecho de que esa última oración describe la forma en la que la mayoría de la gente procede para comprar un auto no significa que esa sea la única forma de obtenerlo. “Dios obra por senderos misteriosos” ¿verdad? Le enviamos la oración con la petición, salimos de la oración y comenzamos a actuar, cuando lo único que Dios quieres es que creamos, porque el actuar le toca a Él. Nos convertimos en un Kanye West cuando actuamos de acuerdo a nuestro parecer porque siempre pensamos en el presente sin entender que para Dios no existe un concepto de tiempo ni espacio; y no solamente entiende lo que pasó pero también entiende lo que pasará. Dios en medio de concedernos la petición está en la mejor parte, y nosotros en nuestro desespero y falta de fe le decimos “Dios, sé que eres Omnipotente, y me alegro por ti, pero la forma en la que yo pienso que conseguiré el auto es la mejor forma de todos los tiempos”. Y como Taylor Swift, Dios deja de hablar y se retira del escenario de la petición por completo. ¡Lo acabas de invalidar!

Dios nos concede lo que le pedimos, porque al final Dios no puede contradecirse a sí mismo. Los que estamos guiados por Dios sabemos que todo lo que le pedimos es para bien. Cada oración es una conexión inmediata que hacemos con Él porque somos una extensión de Él en este inmenso universo, y El nos la concede porque al concedernos el deseo, Él se extiende también. Por eso es que Dios se glorifica en el cumplimiento del deseo, porque Su trabajo está en eso. Y sí, es importante pedirle a Dios porque Él es nuestra única fuente para todo. No está mal presentarnos ante Él para pedirle, pues en la creación del mundo todo lo que vemos hoy es de alguna forma un deseo que Él mismo tuvo y que se logró.

¿Qué debemos recordar? Que debemos tener cuidado con lo que pedimos, porque al pedirlo, por fe ya está concedido. Así que solamente queda de nosotros el sentarnos aliviados, felices y regocijados de tener la certeza y confidencia de que pronto recibiremos lo deseado; y visualizarnos disfrutándolo porque al imaginarlo nos acordamos a nosotros mismos y a Dios cuán agradecidos estamos porque nuestras peticiones son reales para ambos (Dios y nosotros). ¡Cuán grandioso es saber que tenemos un Dios que nos ama tanto!